Panamá y sus desafíos en materia eléctrica

El sector energía, en particular el eléctrico, está muy concentrado en el país  al igual como ocurre en otras partes del mundo. Pocas empresas mayores participan en la generación y distribución, y una de transmisión mayoritariamente en el Sistema de interconexion.

Las leyes y nuestro sistema inhiben a entrar nuevos actores, modos y diferentes tipos de energía. La legislación les da participación en el centro de despacho de carga que decide cual es el turno de las que generan y el financiamiento del panel de expertos para verificar entre otros las tarifas, y además les asegura un porcentaje de utilidad.

Esto ha significado altos costos y ha impedido que entren nuevos actores, que diversifiquen la matriz y el que tengamos una generación bien distribuida que no requiera grandes líneas de trasmisión. Los proyectos que se nos proponen obedecen a la ingeniería y paradigma del Siglo XX, grandes centrales hidroeléctricas, termoeléctricas con energías fósiles.

Nuestro pais tiene un potencial sanamente envidiable en Energías Renovables No Convencionales que alcanza miles de MW. Los costos de éstos resultan competitivos con las tecnologías actuales, particularmente las pequeñas, medianas y centrales hidroeléctricas de pasada, eólicas, biomasa, geotermia y solares. Para la mareomotriz requerimos instalación de unidades pilotos.

Hay que dinamizar una política participativa y abierta para que estas energías entren al sistema y sus beneficios se traspasen a los consumidores. Para ello hay que hacer un reglamente expedito, atractivo y rápido para fomentar un verdadero Net Metering;  asegurar las ERNC en el sistema, en las leyes y en su transmisión; y en la Ley de Concesiones Eléctricas garantizar la participación de los servicios competentes y el que no se vulneren otros proyectos como los turísticos, las áreas de conservación y comunidades; y no permitir trajes a la medida con cargo al bolsillo de todos los panameños para los megaproyectos.